La Sala de Plenos del Ayuntamiento de Sóller no pudo ayer acoger todo el público que quería asistir a la sesión de investidura y el público llegó a llenar incluso la adyacente sala de alcaldía. La mesa de edad estuvo formada por dos concejales del PSOE, Antoni Femenias, que la presidió como edil de más edad, y Àgueda Quiñonero, la más joven.
Los únicos candidatos fueron el hasta ahora alcalde del PP, Carlos Simarro, y el propio Bernat, ya que los demás grupos propusieron a éste como primer edil, que confirmaron minutos después con sus 9 votos, uno más que los 8 del Partido Popular.
El nuevo alcalde, visiblemente emocionado, después de recibir la vara de manos del presidente de la mesa de edad, dedicó el momento a su fallecido padre, del que dijo que le había inculcado los valores de la democracia, y pidió para esta nueva edición del Pacte de Progrés (que llamó Pacte per Sóller) «un voto de confianza de los ciudadanos». Guillem Bernat aseguró en su discurso que su primer objetivo como alcalde es hacer de Sóller una ciudad «más humana y más acogedora y que «la atención al día a día se va a priorizar sobre los grandes proyectos», atendiendo especialmente las «necesidades básicas de los ciudadanos en los campos social, cultural, medioambiental..».
También tendió una mano a la oposición afirmando que «contaremos con vosotros para conseguir un Sóller más participativo, en el que el gobierno no se basará jamás ni en la fuerza ni en el poder sino en el servicio».
En las cortas intervenciones de los otros grupos, los miembros del pacto destacaron «la confluencia programática y la voluntad de cambio expresada por las urnas» mientras que el PP reafirmó una vez más su convencimiento de que el Pacte no representa la voluntad de los sollerics.
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