La subida de los intereses y la reforma fiscal elevan la contratación de depósitos bancarios

El aumento de los tipos de interés han sido repercutidos a los intereses bancarios, tanto en las operaciones de préstamo (activo) como en las de depósitos (pasivo), circunstancia que ha generado un aumento de la rentabilidad de los depósitos bancarios y un encarecimiento de los créditos.

A esta situación hay que añadir el hecho de que la reforma fiscal que entró en vigor en enero de 2007 iguala el trato a todos los productos financieros, incluidos los depósitos, que han pasado a tributar a un 18 por ciento.

Cabe recordar que con el IRPF antiguo los intereses de los depósitos bancarios tributaban como rentas del capital y se incluían en la base imponible de los contribuyentes, la mayoría de los cuales tenían rentas elevadas y, por tanto, tipos altos, con máximos superiores al 40 por ciento. Esta modificación ha supuesto por tanto una reducción significativa de la tributación de los depósitos.

Depósitos 'gancho'
Además del crecimiento de su rentabilidad, que se ha más que duplicado, también han contribuido a la aceleración de la contratación de depósitos la carencia de riesgo o las incógnitas que plantea la bolsa.

En estos momentos predominan en el mercado los depósitos a corto plazo, mensuales o trimestrales, en los que las entidades financieras ofrecen elevadas rentabilidades a nuevos clientes con inversiones mínimas y máximas preestablecidas, que actúan como 'ganchos' promocionales con el objetivo de captar nuevos clientes.

Estos depósitos ofrecen mayores rentabilidades que los depósitos a la vista pero también tienen una liquidez más reducida.

Bancos y cajas de ahorro ofrecen a la vez de estos productos depósitos sin limitaciones con intereses del 4 o 4,5 por ciento.