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L a avería sufrida por el catamarán Seajet I dejó en tierra a las 287 personas que, a última hora de la noche del lunes, se disponían a zarpar a bordo e hizo ayer lo propio con otros 200 viajeros que tenían billete para regresar a Cala Rajada después de haber disfrutado durante el fin de semana de las fiestas de Sant Joan.

El aviso de rissaga que mantuvo cerrado el puerto entre las siete de la mañana y las dos de la tarde agravó aún más la situación. Las protestas y reclamaciones fueron continuas ante la ventanilla de Interilles Express, que vivió su jornada más aciaga desde que, el 1 de mayo, iniciara sus operaciones entre los puertos de Ciutadella y Cala Rajada.

Los 287 afectados del día anterior habían pasado la noche en establecimientos hoteleros que algunos tuvieron que pagar de su propio bolsillo.

A las ocho de la noche, la naviera anunció la suspensión indefinida de sus operaciones y garantizó el alojamiento de hotel y el billete de regreso, esta mañana, con Iscomar a 176 afectados.

Otro medio centenar de mallorquines durmió sin conocer si hoy podrá volver a Mallorca.