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El líder del Bloc, Gabriel Barceló, no entrará finalmente en el Govern de Francesc Antich y se quedará como portavoz de la formación de izquierdas en el Parlament. La decisión se tomó en el transcurso de la ejecutiva celebrada por el PSM el pasado jueves por cuestiones estratégicas internas. El PSM, partido del que Barceló es secretario general, quiere que su líder lleve las riendas de los nacionalistas para evitar que la dirección del partido quede descabezada, como sucedió en 1999.

En el anterior Pacte de Progrés, todos los altos cargos del PSM, entre ellos el propio secretario general, Mateu Morro, entraron en el Ejecutivo de Antich. Las consecuencias fueron nefastas para los nacionalistas, ya que el partido estuvo durante casi cuatro años sin una dirección definida porque los altos cargos se dedicaron a sus labores ejecutivas en lugar de a hacer trabajo interno.

Para evitar de nuevo esta situación, en el traumático congreso de Manacor se introdujo una disposición según la cual el secretario general del PSM no podría ocupar ningún cargo ejecutivo. A la hora de tomar la decisión de que Barceló no se incorpore al Govern ha pesado más la decisión política que los propios estatutos ya que las fuentes han reconocido que se podía haber salvado esta incompatibilidad a través de una modificación de los estatutos, tras un periodo transitorio.

Gabriel Vicens debía ser el conseller de Mobilitat i Ordenació del Territori, cargo que ahora ocupará casi con total seguridad Gabriel Vicens, ex secretario general de los nacionalistas. Aunque todavía no está decidido, Francisca Vives podría ser la próxima consellera de Comerç, Indústria i Energia, aunque fuentes nacionalistas aseguran que aún no se descartan otros nombres.

En el Consell de Mallorca, Joana Lluïsa Mascaró será vicepresidenta y consellera de Cultura y Miquel Rosselló podría ser el conseller de Cooperació Local. La renuncia de Vives permitirá la entrada al Consell del dirigente de ERC Joan Lladó.