La otra opción que le quedaría a Barceló es dimitir como secretario general y dejar la dirección del partido en manos de una gestora o de un secretario general transitorio. Esta opción es la que cuenta con menos posibilidades reales y es la que precisamente está frenando la opción de que Barceló forme parte del Consell de Govern.
En EU-EV también quieren que Barceló forme parte del equipo de Francesc Antich. Aunque anuncian que respetarán la decisión personal del dirigente nacionalista, recuerdan que Barceló fue el candidato del Bloc en las pasadas elecciones, lo que incluye a las cuatro formaciones que cerraron el acuerdo pre electoral: PSM, EU-EV y ERC.
En principio, la decisión de Barceló pasa por no entrar en el Ejecutivo y apoyar al Govern de Antich desde su escaño de portavoz del Bloc en el Parlament. De esta forma, podría continuar con su labor como secretario general de los nacionalistas, partido que considera imprescindible reforzar su papel político con una dirección fuerte.
La entrada de Barceló en el gobierno de Francesc Antich se encontraría además con un impedimento estatutario ya que la ponencia de organización aprobada por los nacionalistas impide al secretario general del partido ocupar un cargo público.
Si Barceló entra en el Govern, el PSM tiene dos opciones. Una de ellas sería modificar los estatutos del partido para modificar la disposición que impide la compatibilidad de ambos cargos. Se establecería de esta forma un régimen transitorio en el que Barceló compatibilizaría su cargo orgánico con su cargo público.
El dirigente del PSM debía ocupar inicialmente la Conselleria de Mobilitat del Govern. Si no se formaliza su entrada en el Ejecutivo, el cargo pasará a ocuparlo Gabriel Vicens, ex secretario general de la formación nacionalista. En este caso, Francisca Vives podría ocupar la Conselleria de Comerç, Indústria i Energia.
El futuro president del Govern, Francesc Antich, quiere que las dos formaciones políticas que se integrarán en el Ejecutivo, UM y Bloc, presenten esta misma semana sus candidatos a ocupar las tres conselleries que les han correspondido a cada uno de ellos. Con los nombres firmes en la mesa, Antich podrá cerrar a su vez el organigrama definitivo de las conselleries que ocuparán los socialistas. Antich se comprometió a nombrar un gobierno paritario, pero la dependencia a los pactos está complicando la quiniela definitiva de los posibles consellers.
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