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Los alcudiencs celebraron ayer la festividad de su patrona, la Mare de Déu de la Victòria, asistiendo a la tradicional romería en la ermita de su mismo nombre.

A mediodía, con la imagen de la Virgen presente junto al altar y luciendo sus joyas, se celebró la misa que presidió Felip Guasp, antiguo rector de la ciudad, asistido por diez sacerdotes, quien ofreció una emotiva y documentada homilía recordando los avatares del hallazgo de la imagen.

Junto al altar ocuparon un lugar preferente los miembros del Consistorio, encabezado por el alcalde, Miquel Ferrer.

Acabada la misa se cantó la Salve y luego los romeros pasaron a besar la imagen y recoger el ramito de camomila, elaborados por los obrers, Damián Rocamir y Tito Cañamaque, quien se despedía del cargo.

En los aledaños se confeccionaron varias paellas para unas 250 personas, para ser consumidas tras las típicas carreras de joies para pequeños y mayores con muchos regalos.

Este año las autoridades compartieron comida de paella con los romeros, en las mesas situadas frente a la ermita.

A continuación la banda de música hizo sonar el ya tradicional pasodoble Amparito Roca, para luego interpretar Paquito Chocolatero, pasodoble que dirigió con singular donaire esenyor batle,que fue coreado con olés por parte del público. Luego abrió el baile con la jota de la Victoria, con su esposa, cayéndoles al final una gran lluvia de avellanas, como manda la tradición.

Amalia Estabén