TW
0

Las historia del ayer en abierto contraste al presente más actual se yuxtaponen en el nuevo libro de Antonio Salas Colom Boires del passat/Nieblas del pasado, que recopila las crónicas publicadas por el autor en Ultima Horadurante los últimos tres años. Testigo privilegiado de un largo período histórico que va desde los años 30 al presente, observa con mirada crítica la transformación que ha experimentado Mallorca a lo largo del pasado siglo.

Y es que este observador del devenir de los tiempos con sus avatares, anécdotas y aconteceres sin fin, ha presenciado el momento más crucial en la historia de Mallorca. Un lugar apacible y provinciano, para soñar, descrito en los capítulos Aquel romanticismo que se fue o Palma, !Quien te ha visto y quien te ve! cuya placidez «ha desterrado la frenética vida de hoy», recalca no sin justificada nostalgia, para cualquier amante de aquella ya muerta isla de la calma que hechizó a Santiago Rusiñol, pero «abocada con el turismo de masas y el desarrollo económico, a un proceso que ya roza la hongkonización», asegura. Antonio Salas repasa en su libro aspectos tan diversos como los aconteceres políticos de especial repercusión, como los capítulos dedicados al estallido de la Guerra Civil: Julio del 36: En Figuera, sudor y lágrimaso hechos de armas como Desembarco en Punta de n'Amer, o Sin novedad en el Alcázar ; sociales, como los que describe en los capítulos Cine de ayer, Apuntes eróticos palmesanos , El comienzo radiofónico en Mallorca Antiguas tiendas y comercios de Palma, o Personajes populares; de medios de transporte, como El puerto de Palma, una apuesta turística,Historia del ferrocarri, o Aquellos aviones de Son Bonet; deportivos, como Historia de nuestro fútbo; lúdicos, como Palma de noche, 55 años atrás, o Los 74 años del Coliseo Balear, con un repaso a los artistas que se paseaban por una plaza Gomila llena de glamour.

«Si observamos una foto aérea de hace setenta años y la comparamos con otra actual, podemos ver como donde había una montaña o un pinar, ahora hay una autovía; en el lugar de una costa pintoresca se encuentra una hilera de edificios, o una carretera de varios carriles. La Isla está irreconocible. Puedo parecer pesimista, pero veo una hecatombe. Me baila la idea de si el turismo nos ha hundido, más que enriquecido», asegura Antonio Salas.

Un variopinto repertorio por todo cuanto significaba la vida que a Antonio Salas le tocó vivir, en una Mallorca muy distinta a la de ahora. Toda una invitación al recuerdo sin evitar preguntas como: «¿Vivíamos antes mejor que ahora?», cuestión peliaguda que contesta, sin dudar, de forma afirmativa, para añadir: «Se ha perdido mucho. El paisaje, la tranquilidad, la idiosincrasia. Ahora la gente no es igual, van a lo suyo y la educación ha ido a menos».

Nacido en Palma en 1919, Antonio Salas se inició en el oficio de impresor en la imprenta Amengual y Muntaner. A los 18 años se incorpora al Ejército y, destinado al Regimiento Infantería San Marcial de Burgos, opera en dos compañías de morteros en el frente del Ebro, etapa que le marca profundamente tras ocho años de mili. Licenciado, trabaja en la Imprenta Politécnica y como colaborador en la revista Cort y Hoja del Lunes, entre otras publicaciones. Una vez autónomo, funda Gráficas Salas, donde celebra su 40 aniversario en 1997 en la dirección de revistas como Hondero Mallorquín,o Sa Roqueta. Ya jubilado, ha publicado los libros El árbol dormido, Mallorca al cor, Desde mi orilla, El turismo en Mallorca, 50 años de historia, entre otros y es miembro de la Agrupación Hispana de Escritores de Baleares y responsable de redacción de la revista de poesía Arboleda. En 1990 le fue concedido el Distintivo de Oro de la Asociación de Artes Gráficas de Baleares.

Gabriel Alomar
(texto y fotos)