Los socialistas han concluido su festival de investiduras. Tras Aina Calvo y Francesc Antich, ayer le tocó el turno a Francina Armengol en su «entronización» como presidenta del Consell de Mallorca. En el PSIB-PSOE deben lamentar que no haya más instituciones donde formar mayorías porque también las harían suyas.
La de ayer fue otra jornada de emociones.Armengol hizo un notable esfuerzo para contener las lágrimas, sobre todo cuando oía los aplausos que llegaban del exterior del salón de plenos. De manera inaudita, Maria Antònia Munar, presidenta saliente, no tuvo tanta entereza. Por primera vez en doce años, Munar no ocupaba la silla presidencial. Sentada en primera fila entre los invitados, hizo varias veces el gesto, inédito en ella, al menos en público, de secarse las lágrimas. Tres legislaturas enteras debieron agolparse en su memoria. A su lado, Francesc Antich, serio y ya con la pose institucional, sólo se permitió tímidas sonrisas.
Sí hubo emociones, pero anécdotas jugosas, pocas. La primera de ellas, la evidencia de divergencias en el Bloc nada más prestar juramento o promesa del cargo de conseller. Joan Lladó (ERC) : «Per imperatiu legal i sense renunciar a la independència dels Països Catalans». Joana Lluïsa Mascaró (PSM): «Sense renunciar al dret d'autodeterminació del nostre poble». Miquel Rosselló (EU): «Sí, promet». Cara de circunstancias entre el resto de la mayoría, mientras en el PP empezaban a frotarse las manos.
Y hablando del PP, la oposición de este grupo va a ser muy dura. No se llega a esta conclusión por el discurso de su portavoz, Jaume Font, con alguna «chinita», pero sin estridencias, sino por las miradas desafiantes de éste y Mabel Cabrer a los bancos de la mayoría. Daban miedo. Joan Flaquer se mostraba más desinteresado. Entre los bancos de los invitados se encontraban José María Rodríguez, Encarnación Pastor y Miquel Ramis. De Rodríguez no hay más remedio que sospechar, pues continúa con su costumbre, incluso en una investidura institucional, de hablar por el teléfono móvil tapándose la boca con un papel.
Otro momento de emoción fue cuando Francina Armengol, en su primer discurso institucional como presidenta del Consell, recordó las figuras de los desaparecidos Xisco Quetglas, Ferran Trujillo y Miquel Riera, menciones aplaudidas por todos. También tuvo palabras de reconocimiento para sus predecesores: Jeroni Albertí, Maximilià Morales, Joan Verger y «especialmente a la primera mujer que ha presidido esta institución, Maria Antònia Munar».
El listado de asistentes entre el público sería interminable. Citaremos algunos de los más representativos. Entre políticos y ex políticos, Ramon Socies, Aina Calvo, Xicu Tarrés, Fèlix Pons, Francesc Triay, Paco Obrador, Isabel Oliver, Celestí Alomar, Miquel Nadal, Maximilià Morales, Cati Julve, Josep Lliteres, Miquel Àngel Borràs, Biel Barceló , Nanda Ramon y consellers del nuevo Govern, entre otros muchos. Por cierto, Miquel Nadal llegó al Consell en coche oficial porque ejercía como presidente en funciones. Se marchó en taxi. Fue especialmente numerosa la presencia de alcaldes y concejales de la Part Forana, que siempre tienen una especial relación política y económica con el Consell. También estaban el obispo, Jesús Murgui; el jefe del Cuerpo Nacional de Policía en Balears, Bartomeu Campaner; el coronel Basilio Sánchez Rufo, jefe de la Guardia Civil en Balears; y el comandante general de Balears, José Emilio Roldán.
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