El vehículo tiene tres ruedas: dos fijas detrás y una con movimientos delante, una vela y los arneses.

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La Asociación Blokart de Mallorca inicia sus actividades con un primer campeonato regional, que por sus características se convierte en el primero de España. Solamente son cuatro años de existencia de este invento que en Nueva Zelanda causa furor y en Europa comienza a entrar con entusiasmo por el norte, siendo Holanda y Francia donde más aficionados lo practican.

Con poco más de 2.000 euros se puede comenzar a sentir la velocidad, que puede alcanzar los 70 km por hora, aunque en el aeródromo de Binissalem, donde tuvo lugar la concentración, el viento fue poco más que una brisa.

La organización tenía previsto disputar seis mangas en cada una de las dos clases: pesados y livianos. El reglamento permite mover las ruedas con las manos, aunque no autoriza apoyarlas en el suelo para empujarse. El vehículo tiene tres ruedas: dos fijas detrás y una con diversos movimientos delante, una vela y los arneses suficientes para hacer bordos y zigzaguear al viento, que de tener fuerza suficiente puede hacerlos volcar. Un deporte de vela que navega sin el Mediterráneo debajo pero que también espera aembat, el más querido viento de los navegantes.

Óscar Pipkin
(texto y fotos)