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La ola de calor africana que alcanzó España hace un par de días siguió haciendo notar ayer su presencia, como bien reflejaron los termómetros de toda Mallorca.

Las calles de la capital balear se mostraron casi vacías, con tan sólo un puñado de transeuntes desplazándose por las travesías y agolpándose en cualquier sitio que ofreciese un poco de resguardo frente al calor. Muchos sufrieron las altas temperaturas respecto a días atrás, pero también hubo los que aprovechando el bochorno pasaron el día en la playa.

En las horas más calurosas de ayer las costas se llenaron a rebosar de turistas y mallorquines de vacaciones. La arena quedó cubierta por un tapiz de sombrillas y toallas, y los chiringuitos a pie de playa consumieron sus existencias de helados y refrescos.

Los bañistas disfrutaron del mar, y muchos trajeron la colchoneta, la tabla de surf y un sinfin de complementos playeros con los que entretenerse.
El calor duró casi todo el día, y al atardecer no faltaron quienes se quedaron a ver descender el sol.