A pesar de que estamos a mitad de julio, la noche se anima definitivamente, aunque dentro de un orden.
De lunes a jueves es más bien discreta, incluso en la Platja de Palma, reventando en los fines de semana. En agosto explotará definitivamente, que si no, mal vamos.
Tal vez donde mejor funciona la noche sea en las discotecas de playa. Normal, es donde hay más gente de vacaciones, lo que permite prolongar la noche hasta el alba.
Estuvimos en Riu. Y como bien diría Maná, estuvimos inmersos en un constante vaivén de caderas.
Vaivén en los podio, donde los/las gogós, que son el referente del ritmo que suena, animan a bailar, y vaivén en las pistas, o a pie de barras, o en los pasillos.
Porque ¿quién está parado? Nadie. Vaivén compartido, vaivén solitario, ¡qué más da! El baile sigue siendo una actividad socializante, y al mismo tiempo individual. Todo depende de cómo te lo montes, o de si vas solo o acompañado.
Hoy baila quien quiere y como quiere, a su bola, sea hip hop, tecno, electronic, o lo que le echen. Baila de pronto, y solo un momento, como impulsado por un resorte; baila dejándose llevar...
Lo importante es no estar parado. Para salir a divertirte no hace falta ir acompañado.
Déjate llevar, mueve las caderas, sumérgete en el vaivén. Porque lo demás irá llegando poco a poco.
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