El Tribunal Superior de Justicia de Balears (TSJB) ha confirmado una sentencia del Juzgado lo Social 1 de Palma, conforme a la cual procede el despido sin derecho a indemnización de un individuo que se dirigió en la empresa en la que prestaba servicios a una subordinada indicándole que, a una orden suya, la mujer «debía ponerse unas rodilleras para no lastimarse», y que «le daría un euro si lo hacía bien».
El alto tribunal autonómico ratifica que una expresión de esas características supone «total desprecio de su condición de persona y de mujer», así como «una clara actitud de provocación sexual».
Los hechos se remontan al mes de agosto del año pasado, cuando el protagonista de la sentencia, oficial administrativo de la empresa, se dirigió a su subordinada para darle unas órdenes, hallándola ultimando un pedido con otro empleado de la firma, por lo que fue requerido para que esperase hasta el término de esa gestión.
El aludido contestó entonces con la alusión a las protecciones para las rodillas y a la paga por una buena labor, y acto seguido se desplazó unos 150 metros hasta donde la empresa guarda las rodilleras de encofrador -producto que comercializa, y desandando el camino volvió adonde había quedado la mujer aludida haciéndole entrega de las mismas y de una moneda de un euro, al tiempo que le decía: «Espero que sean de tu medida, y puedes empezar cuando quieras», expresión que fue oída por dos trabajadores de la entidad que luego prestaron testimonio en la causa de primera instancia por despido.
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