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La Regata Breitling navega ya a toda vela por aguas mallorquinas y por las inmediaciones de Puerto Portals. Este evento deportivo tiene también un fuerte carácter social. El trabajo en el mar se compagina con un gran despliegue de efectivos en tierra. Allí se trabaja casi las 24 horas del día para que la regata pueda disputarse con total normalidad en alta mar y para que la estancia en tierra de regatistas y demás participantes sea lo más llevadera, cómoda y tranquila posible.

Puerto Portals se convierte durante estos días en un autentico fortín vigilado desde todos los ángulos y por el que se pasean miembros de casa real, autoridades y famosos. A su vez los pantalanes del puerto se asemejan a una improvisada pasarela de moda itinerante por la que desfilan todo tipo de personas. Durante la salida y la llegada de las embarcaciones prensa y curiosos se agolpan ante los barcos en los que navegan miembros de familia real: el Bribón y el Aifos en los que regatean el Rey y el Príncipe respectivamente. A su llegada a los veleros las cámaras de periodistas y curiosos no tienen descanso. Y una vez están ya a bordo de sus embarcaciones y sueltan amarras la concentración de gente se diluye. Los periodistas se apresuran hacia las barcas de prensa y los curiosos siguen su camino.