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uth Gabriel ( www.ruthgabriel.net) pasa unos días de descanso en Palma en compañía de su pareja. Pese a su juventud, es una actriz de largo recorrido tanto en cine como en teatro. Se dio a conocer con Días contados, a las órdenes de Uribe, y acaba de finalizar una gira por toda España con La casa de Bernarda Alba. Entre una y otra están, en cine: Felicidades, Señales de fuego, Gran Slalom, A tres bandas, 99'9, Lazos Rotos, Sin fin, Besos de gato , etc.; en televisión: La cometa blanca, Barrio Sésamo, Querido maestro, Nostromo y la mini-serie La Mari. Y en teatro, la susodicha: La casa de Bernarda Alba. Además, ha recibido la Concha de Oro y el Goya a la mejor actriz revelación, y los premios Mistery, Unión de actores, Ojo Crítico y Ondas, a la mejor actriz. Todo eso, en 32 años, que son los que tiene.

Ruth es actriz por genes, ya que su padre y su madre lo son. «Cuando subí al escenario por primera vez tenía once meses. Y no nací en un escenario de milagro, pues nací el día antes de un estreno. Mi madre se negaba a que la sustituyeran, porque quería hacer el papel. Pero como dio a luz, no pudo».

Reconoce que Días contados es una película con la que siempre la identificarán por muchos años que pasen. Es la historia de dos personas que viven al límite. Ella es una joven drogadicta y él un etarra que empieza a dudar de la causa. A todo esto, ETA pretende atentar en Madrid. «Se rodó hace 15 años, y como he podido comprobar ahora en Valencia, se sigue recordando. Sin duda es una película de la que se puede seguir hablando como si se hubiera rodado ayer». A veces, los actores a la hora de meterse en según qué papeles, tienen que convivir con personas cuyas vidas estás reflejadas en ellos.

Joven
Ruth, en «Día contados» era una joven drogadicta, «y para meterme en ese papel, tuve que contactar con ellas. Con dos, exactamente. Una rehabilitada y otra que lo intentó y no lo consiguió. Es más, murió a poco de estrenarse la película. Estaba muy mal, ¿sabes? Ambas nos sirvieron de mucha ayuda, pues nos hablaban sobre lo que un drogadicto puede sentir físicamente cuando se mete la heroína, cómo la preparan, cómo la compran, o bien, en el aspecto psicológico, cómo afecta a la persona la droga, o cómo es la gente que la rodea». Ella, además de drogadicta, era una chica cándida, «casos que también se dan entre las drogadicta jóvenes. Los jóvenes, a veces, hacen cosas para las que no están preparados; a veces se meten en algo sin saber sus consecuencias».

Recuerda que cuando rodó Días contados era muy joven, y que la voz no era la adecuada, «ya que más que voz, teníamos vocecita, que nada tenía que ver con la de la protagonista. De ahí que tuviéramos que recibir clases a fin de ensuciarla. Tuvimos también que hacer muchos trabajos corporales. En pocas palabras, tuvimos que cuidar al personaje en todas sus partes. Considero que aquello fue un lujo, pues tanto Uribe, el director, como Andrés Santana, el productor, apostaron por ello y... Bueno, pues que viendo la película uno nota enseguida la calidad».

Años después de Días contados, droga y ETA siguen siendo dos peligros para la sociedad. En eso está de acuerdo Ruth. «Lo que pasa ahora, es que aunque sea lo mismo de siempre, como ya son tantos años los que existen las generaciones perdidas son muchas». Con Ruth estuvimos hablando de muchas cosas más. De teatro y de teatros. Fue un gusto hablar con ella.

Pedro Prieto
Foto: Click