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Al llegar al Port de Sóller nos encontramos en la terraza del bar Brother's con Dirk y Goedech, una pareja belga que viene por vez primera a Mallorca, tras visitar la Península con regularidad desde hace veinticinco años. «Nos hospedamos en un hotel del Port de Sóller de ambiente internacional. Aquí se pueden encontrar todos los carácteres españoles, un país que conocemos bien gracias a los viajes que hemos realizado y que nos interesa sobre todo por la historia común con Flandes, nuestra tierra, que tuvo un rey en común como fue Carlos I en España o V para nosotros», aseguran, para, a continuación, destacar la impresión que les he causado el casco antiguo de Palma.

«Nos interesa todo lo relacionado con la cultura hispana y aquí nos ha impresionado el entorno de la Catedral y la influencia árabe en algunos detalles, así como la danza mallorquina que no conocíamos. También hemos visitado Valldemossa, especialmente interesante debido a nuestras profesiones de músico y psicóloga, por la estancia de Chopin y George Sand. El único problema que hemos tenido a veces, pese a hablar castellano, ha sido el uso habitual del mallorquín, que desconocemos, aunque comprendemos que es la lengua autóctona, como ocurre con el flamenco en Flandes, donde antes era obligatoria la lengua francesa». El Port de Sóller se nos presenta con una nueva imagen que afecta a todo el paseo de la playa y el puerto y que se traduce en grandes terrazas y una amplia zona peatonal que ha eliminado las molestias del tráfico pero tambien cierto sabor marinero.