La plaza de la localidad reservada íntegramente para vehículos oficiales, gente en el exterior del templo que quedó repleto y un amplio despliegue policial durante toda la jornada, evidenciaban que Mesquida, a parte de estar relacionado, conocer y ser apreciado por personalidades de todos los ámbitos y estamentos sociales, era también muy querido en su localidad natal.
Una hora antes del inicio del funeral, la mitad de los bancos de la iglesia estaban ya ocupados y el fluir de gente que quería mostrar su calor y dar el pésame a los familiares de Joan Mesquida era constante. Media hora antes del inicio del oficio, llegó Aina Ferrando, la viuda de Mesquida, con su hijo Joan. Allí fueron recibidos por los otros hijos del matrimonio, Antoni, gerente del hospital de Manacor, y Bartomeu, juez decano de Menorca, y por nietas, sobrinas y demás familiares.
«Amigo de todos»
La misa fue oficiada por el rector Jaume Rovira y concelebrada por otros doce sacerdotes amigos y conocidos de la familia Mesquida Ferrando. En la homilía, Rovira destacó el carácter afable de Joan Mesquida, de quien dijo que ha sido «un padre de familia ejemplar y amigo de todo el mundo».
Entre los asistentes al funeral destacó la presencia del ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, y altos cargos de su gabinete. Del Ejecutivo autonómico, asistió su presidente, Francesc Antich, y consellers. Estuvo la presidenta del Consell de Mallorca, Francina Armengol; la del Parlament, Maria Antònia Munar; y el delegado del Gobierno, Ramon Socías. No faltaron alcaldes de muchos municipios de Mallorca como la primera edil de Palma, Aina Calvo; el de Manacor, Antoni Pastor; el de Porreres, Bernat Bauçà; y gente de todos los partidos políticos.
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