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VICTORIA GRIMA La educación es la clave del futuro y los padres lo saben. No obstante, la mayoría de las parejas prioriza su propia comodidad a la hora de escoger el centro en el que se formará su hijo. Es el caso de los fade los progenitores de los estudiantes del colegio Sant Francesc. Un centro concertado religioso ubicado en el casco antiguo de la ciudad y avalado por sus dilatada experiencia.

Las buenas referencias y la convicción de que la disciplina de este tipo de colegios forma mejor a los hijos son el resto de motivos que se esconden tras la decisión de los padres por un centro u otro.

Las personas consultadas expresan los problemas que tienen para compaginar el trabajo con la entrada y salida de los niños en el colegio. Es ahí donde los abuelos entran en escena y afirman, entre risas, que «la madre eligió el colegio pensando que al abuelo tampoco le pillaba lejos»

El centro educativo, insisten las madres «debe estar cerca o de casa o del trabajo, porque así nos organizamos mejor».
Pero además de la comodidad, la elección de la escuela, según estos padres, responde igualmente al boca a boca. “Me aconsejaron este colegio porque tiene buena fama. La educación es fuerte y seguro que mi hijo sale bien preparado para enfrentarse al día de mañana. El colegio tiene nivel", confiesan los padres.

Otro de los aspectos que funciona a la hora de decidirse es la experiencia propia o la de aquellos que se mueven en un ambiente cercano a los padres. Así, parte de los consultados asegura que «el colegio es más bien una tradición familiar». Padres, hermanos o amigos estudiaron en el mismo centro; «también mis hijos porque conozco el sistema y me gusta»..

Más allá de lo que a priori pueda parecer, la mayoría de los mayores consultados del colegio Sant Francesc no condicionan la selección de sus hijos a la religión. Si bien muchos se confiesan católicos, gran parte afirma que «no fue lo más importante para elegir el centro». En ellos, primó más la proximidad y el nombre del centro.