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Dios da pan a quien no tiene boca. Así reza el refranero español y en esta ocasión tiene razón. Porque, ¿a qué término municipal de la Isla no le gustaría tener un lugar como éste, la ermita de Son Orlandis, un verdadero paraíso desde el que se divisa una de las más bellas panorámicas? Pues bien, en Andratx, que es donde está dicho oratorio, parece que «a quien corresponda» le da lo mismo su estado. Porque si no, de qué está como está, hecho una ruina, una vergüenza, y más con la historia como centro mariano que tiene.

Desde siempre, y hasta que quedó dejado de la mano de Dios -o mejor, del hombre-, la ermita fue visitada por los andritxols, sobre todo en el mes de mayo. Incluso algunos vecinos del lugar, costeándolos de su bolsillo, colocaron bellos mosaicos a modo de estación en las paredes, ahora completamente deteriorados, casi como éstas.

La casa aneja a la ermita, en la que el caminante que llegaba hasta ella podía encontrar comida y bebida y dejar su mochila en lo que daba una vuelta, es también pura ruina, sin techo y con las paredes a punto de caerse.

En cuanto a la ermita, construida en un molino de piedra, a raíz de que alguien robó la corona de la virgen, está completamente cerrada, por lo que vaya usted a saber en qué estado se halla su interior. Porque externamente también deja mucho que desear, sobre todo sus paredes cuyo mal estado progresa adecuadamente.

Y en lo que respecta al camino para llegar hasta allí, más que camino es lo más parecido al cauce de un torrente, por lo que andar sobre él no es labor fácil.

Como decimos, no sabemos quién es el responsable de este abandono. Pero lo averiguaremos y lo denunciaremos. Mientras tanto, sea quien fuere podría ponerse a trabajar. A menos se vería buena voluntad por su parte.

Pedro Prieto
Fotos: Michel's