Los niños que entregaron un dibujo recibieron el típico dulce mallorquín.

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gua, huevos, azúcar, masa madre y harina de fuerza para dar forma a la auténtica ensaimada mallorquina. Un placer para el paladar que ayer sació el hambre y la curiosidad de mallorquines y extranjeros que se acercaron a la degustación pública y gratuita de este dulce, organizada con motivo de la IV Diada de la Ensaimada de Mallorca. El arte en espiral salió durante dos horas de su hábitat natural para dar a conocer sus secretos de elaboración en plena calle.

En cada uno de los tres stands preparados para la ocasión (frente a los dos El Corte Inglés y el Mercat de l'Olivar), un panadero explicó con las manos en la masa un «buen saber hacer» trasladado durante generaciones.

Los más aplicados, los extranjeros, aunque muchos de ellos movidos por el desconocimiento. Durante la degustación, preguntaron sobre algunos de los ingredientes «extraños» expuestos en la mesa de trabajo. La mermelada de calabaza o cabello de ángel y la manteca extendida o saïm, que da nombre al producto, fueron los más demandados.

No obstante, fueron pocos los atrevidos que se colocaron el delantal para seguir las instrucciones del experto panadero. Eso sí, los niños fueron los más lanzados, pues además de «jugar» con los ingredientes entregaron un dibujo sobre este típico dulce para entrar en un concurso.

Las más de 30 ensaimadas grandes y cien pequeñas elaboradas se repartirán hoy en varios centros sociales.