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«El avance que ha experimentado la investigación sobre la enfermedad de párkinson en una década es espectacular», afirmó ayer Javier López Del Val, responsable del Servicio de Neurología del Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa de Zaragoza. La intervención se desarrolló en el marco de las III Jornades d'Actualització Médica celebradas ayer en el Hospital Son Llàtzer.

«En una década los logros son excelentes, por tanto hemos de mantener una visión optimista ante la enfermedad. Ya nadie se muere de párkinson», afirmó.

La enfermedad descrita en 1817 por el médico inglés James Parkinson afecta al sistema nervioso, en un proceso de degeneración y muerte neuronal, y disminución de los niveles de dopamina. Se manifiesta en torno a los 60 años de edad y los síntomas más significativos son la rigidez muscular, temblores y las disfunciones motrices. El 30 por ciento de los casos están asociados a demencia.

«En la actualidad podemos decir que la etiología de la enfermedad es multifactorial. De tal manera encontramos carga hereditaria, susceptibilidad personal a agentes patógenos y exposición a sustancias tóxicas, como pesticidas, disolventes o drogas».

En cuanto al tratamiento, el doctor Javier López Del Val especificó que no hay evidencia sobre la eficacia de los llamados neuroprotectores, si bien «es cierto que la vida de los pacientes se ha alargado de forma notable».

Por otra parte, en la actualidad se intentan frenar los efectos secundarios que conlleva la medicación. «Los médicos intentamos que la calidad de vida de nuestros pacientes mejore, sobre todo con tratamientos tan largos». Javier López Del Val valoró ayer en Son Llàtzer la respuesta terapéutica de los agonistas (estimuladores) de la dopamina, la aparición en el mercado farmacéutico de un nuevo parche «más cómodo para los pacientes que las pastillas» o, incluso, la conveniencia de pasar por el quirófano.

«Hay que decir que la operación de estimulación eléctrica cerebral es muy complicada y que implica riesgos para la vida, ya que hay que operar dos veces el cerebro para implantar electrodos en ambos hemisferios. Si bien es cierto que los resultados son óptimos. Las personas que han pasado por esta operación presentan una gran mejoría».