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El Consell de Mallorca no parece dispuesto a aceptar el proyecto del Govern de permitir la construcción de viviendas sociales y de precio libre en suelo rústico para abaratar los precios.

La institución insular ya ha comunicado al Ejecutivo autonómico su oposición a la idea que fue expuesta públicamente tras un Consell de Govern por el conseller de Vivenda, Jaume Carbonero.

El equipo que dirige la socialista Francina Armengol considera que ya existe suficiente suelo urbanizable vacante en Mallorca para tener que recurrir al rústico como alternativa para conseguir vivienda social a precios muy asequibles, tal y como anunció Carbonero. Fuentes de la institución insular indicaron a este diario que se espera que a lo largo de la próxima semana se alcance un acuerdo entre los distintos agentes sociales para presentar el plan de la vivienda pero, en ningún caso, se recurrirá al suelo rústico. Esta idea, de hecho, no se adapta al actual plan territorial y, por lo tanto, sólo sería viable si se modificase la normativa aprobada la pasada legislatura por el Consell de Mallorca y que actualmente está en vigor.

Desde la institución que preside Francina Armengol dejaron muy claro que el plan territorial se modificará «a la baja», pero nunca al alza. Por lo tanto, no se cambiará el plan territorial para permitir las promociones de viviendas en suelo rústico.

De hecho, en el Consell de Mallorca ha causado gran sorpresa que Jaume Carbonero reconociese tras un Consell de Govern que estaba negociando la construcción de viviendas en suelo rústico en las áreas de crecimiento fijadas en los planes de territoriales. Carbonero argumentaba que el precio del suelo, que había aumentado un 500 por ciento en los últimos años, era la principal causa del encarecimiento de la vivienda en Balears. Si se conseguía suelo a precios más asequibles, repercutiría favorablemente en el mercado inmobiliario.

Carbonero también añadió que el objetivo era crear áreas sostenibles donde pudiesen convivir las viviendas sociales con las casas de precio libre. En las VPO, el objetivo era rebajar muy por debajo de los 180.00 euros el precio definitivo.