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El conseller de Habitatje i Obres Publiques, Jaume Carbonero, anunció ayer en su intervención en el Foro de la Nueva Economía, que tuvo lugar en el Centro de Convenciones del Gran Meliá Victoria, la pretensión del Govern de duplicar densidades previstas en los Planes Territoriales Insulares a través del futuro Proyecto de Ley de medidas urgentes en materia de vivienda, con el fin de evitar la construcción de pisos sociales en las áreas de transición de crecimiento, calificadas como suelo rústico.

Carbonero detalló que es preciso replantearse los niveles máximos de edificabilidad en los núcleos urbanos, de ahí que manifestó su objetivo de aprobar una densidad de 75 viviendas por cada hectárea en aquellos municipios de más de 100.000 habitantes, entre los que se encuentra Palma, frente a las 35 previstas en el Plan Territorial de Mallorca (PTI), con el objetivo de conseguir un crecimiento urbanístico «compacto, que ocupe mucho menos territorio».

El borrador de esta normativa , que será dado a conocer la próxima semana, contempla una densidad de 60 viviendas por hectárea en los municipios de entre 25.000 y 100.000 habitantes; 50 por hectárea en las localidades de entre 10.000 y 25.000; 40 por hactárea en los núcleos urbanos de entre 3.000 y 10.000 vecinos; y 35 por hectárea en los pueblos, que cuenten con menos de 3.000 ciudadanos.

Pese a estas pretensiones, recordó que sus planes dependen en buena medida de la capacidad de las administraciones locales, insulares y autonómicas para generar suelo público en una comunidad donde «se ha monetarizadoel patrimonio inmobiliario de las instituciones. En los últimos años el suelo urbanizable se ha encarecido cinco veces más que el precio de la vivienda, que este año se ha incrementado un 8'6 por ciento», puntualizó.

Para justificar este objetivo del Govern, argumentó que el modelo de crecimiento urbanístico contemplado en los Planes Territoriales y en las Directrices de Ordenación Territorial está basado en unas densidades «bajísimas, que propicia unos incrementos extensivos, que crean unas periferias en los núcleos urbanos existentes, que en ningún caso son convenientes».

Es por ello, que afirmó que se deben adoptar medidas respecto al crecimiento urbanístico para hacer frente al incremento poblacional. Y remarcó que si se consigue doblarlas respecto a los PTI, se logrará a partir del 2011 un cierto «nivel de equilibrio urbanístico y territorial en las Islas», beneficiando con ello a la vivienda protegida.