Unió Mallorquina, un punto y aparte

El congreso de Unió Mallorquina adquiere, en esta ocasión, una enorme trascendencia por lo que significa de relevo en la dirección de la formación política que, guste o no, ha venido marcando el ritmo institucional de las tres últimas legislaturas en Balears, coincidiendo con el mandato de su presidenta Maria Antònia Munar a la que sustituye, al frente de una dirección integradora, Miquel Nadal. El congreso de UM supone un claro punto y aparte respecto a la trayectoria marcada por sus anteriores dirigentes -Albertí, Pons y Munar-, entre otras razones porque su, desde ayer, máximo responsable, Nadal, llega a la presidencia del partido tras unas arduas negociaciones entre las diferentes sensibilidades internas. Este clima de unidad alcanzado, aunque se haya registrado un 25% de votos en blanco, es uno de los valores más importantes de los que dispone UM para hacer frente a los retos que le impondrá el futuro. La dirección colegiada es una experiencia inédita en la ya larga trayectoria política de los nacional-liberales. Miquel Nadal sabe perfectamente que lidera una etapa de UM muy diferente a la protagonizada por Munar y en la que el poder del presidente no será el mismo. No será un presidente florero, pero las grandes decisiones deberán ser debatidas, consensuadas y aprobadas por los órganos de gobierno del partido. Dejar atrás el período en el que Munar ha estado al frente de UM, en el que se ha erigido como una de las políticas más hábiles y carismáticas de las últimas décadas, se abre un proceso complicado y difícil; en especial por lo que supone de mantener un delicado equilibrio y la necesaria equidistancia entre PP y PSOE. Entre estos dos grandes partidos estatales hay espacio para un partido mallorquinista y moderado como UM, que debe aprovechar esta oportunidad histórica para crecer. Si gestiona con eficacia su presencia en las instituciones y corrige errores del pasado, puede seguir siendo un partido clave en la vida política balear, con el único propósito de defender los intereses de Mallorca y de Balears.