Tari, ayer por la mañana en Marratxí, donde vive.

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A media mañana de ayer, Tari nos abre la puerta de su casa, en Pla de Na Tesa. Nos esperaba en zapatillas de andar por casa, sonriente y sin ojeras. Y es que, tras abandonar el programa «Fama ¡a bailar!» que emite Cuatro, cada mediodía, ha intentado dormir y descansar cuanto a podido. A pesar de que en los tres últimos días ha ido y venido, varias veces, a Madrid para intervenir en programas de la cadena de televisión.

La primera pregunta, es casi obligada, ya que cuando alguien totalmente desconocido entra en un programa televisivo con gran audiencia, y de la noche a la mañana se convierte en una persona, más o menos famosa causa cierto golpe emocional. «Hasta ayer -comenta Tari-, no sabía dónde estaba cuando me despertaba. Es una sensación extraña». «Y, es verdad -añade- que la gente te reconoce y te muestra su cariño diciendo: ¡guapa, eres la mejor!, o cosas de ésas, pero mira que yo soy de un carácter abierto y extrovertido pero he de confesar que me da cierta vergüenza».

Ha sido una experiencia inolvidable para Tari, quien a sus 20 años de edad ha demostrado su talento y ganas de triunfar profesionalmente en el mundo del baile. Pero es consciente de que ha elegido una profesión difícil y entre otras cosas que a buen seguro, y gracias a esta oportunidad, tendrá que hacer las maletas y dar el salto al charco.

Julián Aguirre
(texto y fotos)