El histórico edificio del Consolat de Mar acoge un año más a centenares de ciudadanos en las jornadas de puertas abiertas que ofrece en el marco del Día de les Illes Balears, de 10.00 a 20.00 horas.
La visita a la sede de la presidencia del Govern muestra, en un itinerario guiado, todas sus dependencias en el recorrido que da comienzo en la capilla, presidida por el angel de la Mercadería.
Un espacio que junto a la bóveda de acceso a las dependencias formaba parte del desaparecido museo marítimo del que restan como recuerdo dos maquetas, de una fragata y un jabeque. Las paredes de la estancia, donde se exhibe un conjunto pictórico con los sucesivos presidentes baleares, está presidida por un retrato de la Familia Real. En el techo abovedado destacan los escudos del Regne de Mallorca, el ángel de la Mercaderia y la Corona de Aragón.
La fachada marítima del edificio, que los visitantes pudieron ver con detalle dado el tiempo de espera en los turnos de visita, destaca la loggia de estilo renacentista con cinco arcos rebajados sobre columnas con capitel corintio, ornamentado con guirnaldas y querubines. Para acceder a esta planta noble, la visita transcurre por la interesante escalera en espiral que circunda la estatua del navegante mallorquín Jaume Ferrer, descubridor de las costas africanas de Río de Oro en el siglo XIV, que posee una réplica en la plaça de la Drassana. Ya en la primera planta, los ciudadanos pueden observar una copia de la pintura de Miquel Bestard que representa la visita a la bahía de Palma de la escuadra de Carlos I en su expedición a Argel.
Las salas que se suceden a partir de la suntuosa sala capitular, con un rico artesonado de 1802 y ocupado por una gran mesa de reuniones, están destinadas en la actualidad al despacho del president y salas de invitados, en las se destaca una pintura de Ramón Canet y un óleo de Joan Miró.
La visita al Consolat continúa a través del jardín hasta la Llotja, emblemático edificio del gótico civil, obra de Guillem Sagrera. En este espacio destaca el arco formado por la Porta del Moll que antaño se encontraba adherido al lienzo de la muralla, que daba acceso al puerto. En este jardín se celebran en la actualidad actos institucionales y acontecimentos festivos.
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