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La gastronomía propia de la Pascua va a ser de nuevo protagonista en muchos hogares de Mallorca. Son fechas en las que los miembros de la familia se reúnen para elaborar las panades, robiols y crespells. Sobre sus orígenes mucho se ha escrito, y, concretamente, el escritor Miquel Ferrà i Martorell destaca sobre la elaboración de éstos que «dentro de los recetarios de cocina sefardí encontramos recetas similares a los que han prevalecido hasta la fecha, que reciben el nombre de borekas (empanadas), media luna (robiols), y el pan ácimo dulce que serían los crespells».

Según Ferrà i Martorell, «el que tiene un mayor simbolismo es el crespell, que puede admitir tres formas, como son la estrella de David, con las seis puntas; la forma de rosa o de borde redondeado, y la de corazón. En cuanto al significado del crespell es el de las piedras o galletas con las cuales los judíos fueron obligados a construir las pirámides cuando eran esclavos en Egipto. Pascua significa travesía, y se conmemora la salida de Egipto hacia la tierra prometida.

Muchas son las recetas que circulan sobre estas pastas pascuales.
Los robiols se pueden elaborar a partir de 600 grs. de manteca de cerdo, 450 grs. de azúcar, dos huevos, canela, ralladura de limón, zumo de tres naranjas y la harina floja que tome.

En Palma, los obradores de las pastelerías se encuentran a pleno rendimiento, ya que son muchas las personas que, a falta de tiempo, las compran hechas. En el Forn des Paners se elaboran de forma muy tradicional, así como las que elabora la familia Fortea en su horno de Son Sardina. Los precios de estas pastas típicas dulces y saladas varía según tamaño.

Amalia Estabén