Los Reyes, a su llegada ayer a la base aérea de Son Sant Joan.

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as 13.26 horas de ayer aterrizaba en la pista de la base aérea de Son Sant Joan el Falcon 900 de la Fuerza Aérea Española que transportaba a los Reyes. A pie de la escalerilla, don Juan Carlos y doña Sofía fueron recibidos por el coronel jefe de Son Sant Joan, Manuel Fernández-Roca, y por el teniente Alejandro Martín. Nada más pisar tierra, el Rey, que vestía americana azul, corbata de rayas y pantalones beige, se ponía unas gafas de sol que se quitó justo antes de saludar a Francesc Antich. Junto al president del Govern se encontraban esperando en fila a los Reyes la presidenta del Parlament, Maria Antònia Munar; el delegado del Gobierno, Ramon Socias; la alcaldesa de Palma, Aina Calvo; la presidenta del Consell de Mallorca, Francina Armengol; el comandante general de Balears, José Emilio Roldán; el delegado de Defensa, Cristóbal Sbert; el jefe superior de Policía, Bartomeu Campaner, y el coronel de la Guardia Civil, Basilio Sánchez Rufo.

Tras los saludos, don Juan Carlos hizo un pequeño aparte con las autoridades políticas de las Islas, salvo con Munar, que durante unos breves minutos estuvo charlando a solas con la Reina. El Rey sonrió cuando Antich y Socias le dijeron que ambos habían nacido en Caracas y, en broma, que si quería le podían ayudar en la entrevista prevista para el próximo viernes en Marivent entre don Juan Carlos y el presidente de Venezuela, Hugo Chávez.

Después, el Rey departió unos instantes con las autoridades militares antes de posar junto a las autoridades civiles para los medios. Por dos veces el Monarca hizo ademánde acercarse hasta los informadores, pero en vistas de que nadie parecía querer preguntarle nada, desistió.

Apenas diez minutos después de haber pisado suelo mallorquín este verano, los Reyes abandonaron la base aérea de Son Sant Joan a bordo de un Audi que conducía el propio don Juan Carlos, dando por inciado de forma oficial el verano mallorquín.

Jaime Moreda

Fotos: Julián Aguirre