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FRANCISCO BARRASA
A Francisca Vives, hija y sucesora del pionero en asuntos de comercio de electrónica Antonio Vives al frente de 'Eléctrica Ramblas', se le ocurrió en febrero pasado, «como incentivo de ventas», admitir el pago en pesetas en su establecimiento "con vuelta en euros, naturalmente", y se muestra satisfecha de la iniciativa.

«Poco a poco, como no podía ser de otra manera a estas alturas, afloran clientes con billetes de lo que eran importantes cantidades en pesetas, que desgraciadamente no lo son ahora, pero lo hacen complacidos con la oportunidad de manejar naturalmente una moneda que les desapareció como por arte de magia», explica Francisca.

El canje de la que fue moneda oficial española durante 133 años "iniciativa pionera en Palma", por productos de mercado en su tienda de electrónica y electricidad, se está produciendo «a goteo», según Francisca, y tanto en billetes de gran valor vigentes hasta 1 de marzo de 2002, los de 10.000 y 5.000 pesetas, como de las últimas monedas de la «rubia» en las aleaciones de cuproníquel -50 y 200- y broncealuminio -100 y 500-, que no lleva a la sucursal palmesana del Banco de España hasta que suman una cantidad significativa.

«Yo pienso "explica Francisca", que mientras sobrevivamos las generaciones que todavía contamos mentalmente en pesetas, será factible que la gente se de el capricho de comprar cosas con esa moneda».

La propietaria del establecimiento dice haber leído hace un par de años las estimaciones del Banco de España según las cuales los españoles aún atesoran monedas y billetes de la antigua divisa por valor de 1.800 millones de euros, lo que apuntaló su idea de admitirlas como pago, «siendo consciente, desde luego, de que para nosotros serán unos afloramientos anecdóticos».

Entre las anécdotas registradas en estos meses Francisca recuerda la de un cliente que usó para el completo de su pago billetes de 1 y 5 pesetas, «cuyo valor al recibirlas es sobre todo sentimental, pues eran habituales cuando mi padre abrió la primitiva tienda de la Rambla en 1954».

El reclamo «Compre aquí con pesetas» supone, eso sí, consultas diarias sobre las condiciones de la transacción. «Justo al contravalor oficial entre euros y pesetas», les aclara Francisca. «Pues tengo para esa radio de madera que me gusta», dice un hombre entrado en años. Y el trato se suele formalizar.