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Los seguidores en Mallorca de la fe Bahá'í, la más reciente de las religiones generalistas del mundo, trabajan para tener aquí una mayor presencia de sus postulados, y lo hacen, más que con la mera extensión de las enseñanzas de su fundador, Bahá'u'lláh (1817-1892), con la organización y participación en foros donde se alienten ideas como la humanidad concebida en una familia global, la igualdad de derechos y oportunidades para el hombre y la mujer, y la educación obligatoria y universal.

Durante las últimas semanas, la abogada valenciana Ana María Pavón, profesa bahá'í y especialista en asuntos de mediación interreligiosa e inmigración, se desplaza a Mallorca para establecer sólidos contactos con entidades ciudadanas e instituciones, para articular en un inmediato futuro comparecencias públicas y amplios debates en los que se ponga de manifiesto «la riqueza que aporta la convivencia entre personas con distintos valores, provenientes de diversas culturas, o sea, una sociedad universal en desenvolvimiento».

Para Pavón, que lleva trabajando quince años en ámbitos tan controvertidos para la opinión pública como la integración de los ya millones de inmigrantes en España, «se trata de algo tan simple como mostrarle a la gente que es muy difícil creer en una sociedad de oro con ciudadanos de plomo, y que el punto de partida no puede ser otro que la alta consideración del ser humano».