Arte que pervive

Entre los numerosos estands se pudieron ver y adquirir diversos productos elaborados de forma artesana tales como cerámica, jabones, miel, charcutería, quesos y encurtidos, destacando entre ellos otros cuya elaboración pervive o se mantiene a duras penas.

Gracias al tesón y el amor a la tradición de alguna de estas mujeres, pervive el arte de la malla artística o punto de red, que iba tejiendo Juana Cabot de Bunyola. Con este punto se hacían los volantes de payesa, que no los rebossillos. Aina Alzamora, natural de Artà, de Can Pistola, lleva 55 años haciendo palmito. En su puesto se la podía ver tejer y también admquirir cestas, murrions y ventadors.

Catalina Nadal acudió con sus campanas y flores de copiñas, todas recogidas por ella misma en las playas de la Isla, y por último la joven Begoña Nadal vendía sus neules, que elabora junto a su marido, Onofre Martorell, quien ha presentado sus novedades.