A pesar del mal tiempo, jóvenes, niños y mayores se animaron a participar en la fiesta. Foto: TERESA AYUGA

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Un año más los binissalemers salieron en masa para participar en el tradicional desfile de carrozas que se celebra en el marco de las fiestas del Vermar. Así, desde las cinco de la tarde y hasta las nueves de la noche hasta 61 carrozas animaron las calles del municipio, compartiendo protagonismo con la lluvia que, a cada rato, obligaba a los presentes a abrir el paraguas. Junto a la lluvia intermitente, la crisis que día tras día es portada de periódicos y telediarios, fue otra protagonista de la jornada. Así, algunas de las carrozas que ayer por la tarde desfilaron por Binissalem aprovecharon la crisis como temática. Sin embargo, y a pesar de la lluvia y la crisis, el buen humor y las ganas de fiesta fueron los principales ingredientes de la tarde.

Así, sin olvidar el eje central que es el Vermar y el mundo del vino, grandes y pequeños, todos vestidos de 'pagès', se sumaron al acto que ya se ha convertido en todo un clásico en la comarca del Raiguer. Batukadas, 'cellers' y la piedra de Binissalem tampoco faltaron en las carrozas, así como la música que acompaña a la mayoría de carrozas, y algunas, incluso, emulan una discoteca. Un partido de tenis, la Expo e incluso una botella gigante de la nueva serie de IB3 'Llàgrima de Sang' y muchas bicicletas adornadas también estuvieron presentes en el desfile de ayer, al que acudió un gran número de público que, al igual que los participantes, plantó cara a la lluvia.

Margalida Ramis