ecíamos ayer que la Real Hermandad de Nuestra Señora del Rocío de Palma de Mallorca tiene la buena costumbre de hacer una recolecta entre los hermanos que entregan íntegramente al Pastorcito, que es una institución ubicada a diez kilómetros de la aldea que acoge a minusválidos psíquicos.
La entrega, en nombre de los que han viajado, la hicieron ayer a mediodía el presidente de la Hermandad, Juan Antonio Torres Navarrete y cuatro miembros de su junta de gobierno, además del presidente de la Cofradía de la Salud y Santa Cena. Fue una visita fugaz, pues no se quería interrumpir la actividad del centro. Los recibió la directora de este, que tras recoger el talón, agradeció el gesto. «Pues hasta el próximo Rocío- le dijo Torres Navarrete- que volveremos, no con dinero, sino con regalos». Como en Rocíos anteriores.
A mediodía de ayer, representantes de la Hermandad de Palma de Mallorca recibieron en la puerta de le ermita a la Asociación Rociera de La Ventilla, de Madrid, que llegaban en peregrinación, con los que mañana -y a petición de ellos- irán juntos en procesión a la misa solemne.
Tras las presentaciones y los saludos de rigor, quedaron para un encuentro por la tarde, en la casa de la Hermandad, para rezar el rosario y luego tomarse un aperitivo Porque a Dios rezando, pero con el mazo dando. Es decir, se viene a hacer el Rocío, pero también a disfrutar de él. Sobre todo disfrutar del compañerismo y de la tranquilidad de la aldea, que en estas épocas del año nada tiene que ver con la aldea bulliciosa que se convierte durante la romería, a finales de cada primavera, o para ser más exactos, allá por Pentecostés de cada año.
Bulliciosa por lo superpoblada, ya que los romeros que llegan a ella por esa fechas superan el millón. Nada que ver con el numero que se concentrarán mañana, pues sólo son cuatro hermandades y un par de asociaciones, no mas de dos o tres mil personas, a los que hay que añadir los que trabajan en los diversos negocios y los que viven permanentemente aquí.
No quiero pasar por alto otro acontecimiento que hemos vivido en la casa: el cumpleaños de Pedro León, un joven " desde ayer- de 20 años, hermano de la Hermandad palmesana " es el tercer alcalde carretas- e hijo de hermanos de la misma. Casi todos sabían que era su cumpleaños, y él también, aunque pensaba que nadie, salvo él, lo sabía. ¡Pobre Pedro! Tras el almuerzo, Torres Navarrete llamó la atención de todos para contarles algo referente a la misa de hoy «Â…y al mismo tiempo "añadió- para que felicitemos por su cumpleaños, que es hoy, a Pedro, nuestro tercer alcalde carretas». Y dicho esto, apareció otro hermano portando una tarta inmensa de la que emergían dos velitas rojas, una en forma de dos y la otra de cero.
A Pedro se le escaparon las lágrimas por la emoción. Y no era para menos. Tenía controlado su cumpleaños excepto esto. Con voz entrecortada, antes de apagar las velas de un soplido, dio las gracias a todos haciéndoles que se sentía muy orgulloso por pertenecer a la Hermandad yÂ…. «Bueno, pues no tengo palabras para dar las gracias». «Pues para que lo sepas, la idea ha sido de tu madre, y el que ha comprado la tarta y el cava ha sido el Hermano Mayor, Joaquín Morales» -le dijo Torres Navarrete. Nosotros no hemos hecho más que sumarnos a la fiesta. Por eso, en nombre de todos, ¡felicidades!
Por cierto, han viajado al Rocío Marta Jiménez Marín y Francisco Javier Casas Padilla, de tres y dos años, respectivamente, lo que les convierte en los peregrinos más jóvenes de la Hermandad, y puede que de la aldea.
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