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Un año más el centro de Palma se paralizó para ver pasar el carro triunfal de la Beata, cuyo papel ha correspondido este año a Marina Durán Aparicio. Esta joven de siete años presidía el último carruaje de la cabalgata y como siempre iba acompañada de un nutrido grupo de angelitos. Este año el desfile ha contado con más de setecientas personas de diferentes grupos de ball de bot, dimonis, xeremiers y carrozas de toda la Isla. Especialmente de Binissalem y Valldemossa.

El recorrido de la cabalgata comenzó en la confluencia de Passeig Mallorca con Jaume III y finalizó en la Iglesia de Santa Magdalena y hubo dos puntos clave.

Dos fueron los puntos clave en el recorrido de ayer, el primero en la Plaça General Weyler donde la Beateta recogió el tradicional cucurucho lleno de dulces que le fue entregado desde el campanario de Sant Nicolau y cuando su carruaje se detuvo ante el palco instalado frente al Principal para las autoridades, donde intercambió un regalo con la presidenta del Consell de Mallorca, Francina Armengol, que se encontraba junto a la vicepresidenta y consellera de Cultura i Patrimoni, Joana Lluïsa Mascaró, y otras autoridades. Al son de La Balanguera, la presidenta recibió una caja de bombones y obsequió a Marina Durán con una cesta de dulces y una pequeña placa recordatoria. Las calles por donde transcurrió la cabalgata se transformaron durante dos horas, los coches dejaron paso a multitud de familias que observaban los bailes tradicionales, escuchaban la popular Sor Tomasseta on sou?, mientras los niños corrían en busca de los caramelos que les eran lanzados desde los carruajes. También corrieron muchos niños cuando se les acercaban los dimonis, escoba en mano.

Por la mañana fue celebrada la fiesta de la Beata con gran solemnidad y mucha asistencia de fieles en la iglesia de Santa Magdalena, adornada para esta ocasión con exquisito gusto por parte de las monjas canonesas.

Poco antes de las once en la explanada de la iglesia, la Agrupación Aires Mallorquins de Palma iniciaban un baile de bienvenida a la Beateta 2008, Marina Durán Aparicio, quien salió del claustro en procesión hasta el templo acompañada de su corte de ángeles y payesas, precedidos por los xeremiers des Pont d'Inca, Fabián Blesa y Toni Ros.

Una vez allí Marina Durán presidió el angelical catafalco y todos los niños se portaron muy bien.

A la misa asistieron sus padres, Vanesa Aparicio y Rafael Durán ; la consellera de Cultura del Consell de Mallorca, Joana Lluïsa Mascaró; el alcalde de Valldemossa, Jaume Vila, y los concejales del Ajuntament de Palma Catalina Cirer; Carlos Veramendi, Ana Ferriol y José Hila.

Presidió la misa concelebrada el reverendo Antonio Cano i Oleo, gran conocedor de las vicisitudes de la vida de la santa mallorquina, recordándolas de memoria en una documentada homilía. En el coro estuvieron las veintena de monjas canonesas que cantaron la misa de Angelis.

Antes del ofertorio Marina Durán entregó las ofrendas y a continuación el grupo Aires Mallorquins bailó el Ball de l'Oferta. Acabada la misa el clero, autoridades, la Beateta Marina Durán y los demás los asistentes pasaron a venerar el sepulcro de la Beata que se custodia en este templo a los sones de la popular tonada Sor Tomaseta.

La comitiva infantil salió en procesión desde el templo precedidas por los xeremiers hasta llegar al claustro donde se celebró una animada fiesta infantil preparada con mucho cariño por las monjas.

La jornada de festividad finalizó con un concierto en la iglesia de Santa Magdalena a cargo de l'Orquestra de Cambra de Llucmajor, dirigida por Andreu Julià.

Amalia Estabén/Àlex Cabot