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Balears, Catalunya y la Comunitat Valenciana conmemoraron ayer en Palma el octavo centenario del nacimiento del Rei Jaume I dentro de los actos organizados por el Consell de Mallorca. La Almudaina fue escenario elegido para celebrar el acto. Francesc Antich, president del Govern; José Montilla, presidente de la Generalitat de Catalunya; Trinidad Miró, consellera de Cultura de la Generalitat Valenciana; Francesc Pina, presidente de las Cortes de Aragón, y la presidenta del Consell de Mallorca, Francina Armengol, glosaron la figura de Jaume I, nacido en Montpeller el 2 de febrero de 1208. En la actualidad, los restos mortales de Jaume I descansan en el Monasterio de Poblet.

«El principal legado que nos dejó el Rei Jaume I fue la lengua catalana», dijo la presidenta Armengol, quien recordó que hace un año el pleno del Consell de Mallorca decidió organizar distintos actos para conmemorar el octavo centenario del nacimiento del Rei Jaume I.

Armengol dijo que el Consell había querido estudiar la historia de Jaume I desde la óptica de los vencidos y los vencedores.
El legado de Jaume I
En la misma línea se pronunció Trinidad Miró, que acudió al acto en nombre del presidente de la Generalitat Valenciana, Francisco Camps. Miró recordó que Jaume I forjó el Reino de Valencia y «dejó un legado que va más allá».

En representación de Aragón, Francisco Pina opinó que Jaume I había conseguido crear un antecedente para la descentralización política. «Todos los territorios sufrimos los decretos de Nueva Planta. Aragón sufrió un despoblamiento de la que todavía a hora pagamos las consecuencias», señaló Pina.

Posteriormente, el presidente catalán, José Montilla, elogió la figura de Jaume I y dijo que «una parte de lo que somos comenzó hace ocho siglos». «Jaume I fue un personaje singular y mítico. Y ochocientos años después la figura de Jaume I sigue siendo un referente». Para Montilla, «hoy nuestras historias ya no nos las escriben los reyes». «Son los pueblos los que tienen ahora un mayor protagonismo en democracia, con una mayor pluralidad ideológica».

Por último, el president del Govern, Francesc Antich, cerró el acto y recordó que a los cuatro territorios a los que une la figura de Jaume I mantienen intereses «comunes» y, por este motivo, abogó por «ir juntos, con el fin de lograr un futuro «ilusionante y compartido. Antich subrayó que la incorporación de Balears a la Corona de Aragó marcó las primeras acciones hacia la expansión dentro del Mediterráneo.