Alejandro Jurado es un militante de Nuevas Generaciones del PP que fue detenido por agentes policiales 24 horas antes del congreso regional de su partido. Se encontraba desayunando en casa junto a sus padres cuando recibió la visita de dos policías. «Queda usted detenido por un delito informático», le indicaron.
Jurado permaneció hasta seis horas en los calabozos policiales hasta que testificó. El militante del PP fue acusado por la Funeraria de Palma de un delito de destrucción de pruebas. Días antes, Jurado había sido despedido de la Funeraria de Palma y había denunciado a la empresa municipal por despido improcedente. Mientras estuvo en los calabozos, la policía le pidió a Jurado si tenía inconveniente en que registrasen el ordenador de su domicilio. Jurado dio todo tipo de facilidades.
Cuatro meses después, la denuncia de la Funeraria contra Jurado ha sido archivada por la juez que ha instruido el caso. No se ha encontrado ningún indicio de delito. Además, Jurado le ha ganado a la Funeraria un pleito por despido improcedente y ha sido indemnizado.
El portavoz del PP balear, Carlos Simarro, contó ayer el caso de Jurado para denunciar el diferente trato que dispensa la Justicia con los diferentes partidos. «Estamos maltratados por la Justicia. No hemos visto esposados ni a Tarrés ni a Vicens», lamentó Simarro. El PP cree que Jurado debe ser compensado por el calvario que vivió, precisamente, un día antes del congreso regional. Jurado no descarta adoptar medidas judiciales.
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