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El descenso del número de víctimas mortales registrado en las carreteras de Balears, con ser una excelente noticia, no es suficiente. Y no lo es porque lo ideal, lo óptimo, lo deseable, es que no se diera ningún caso. Para ello es imprescindible que se siga en la línea de mejorar las condiciones de seguridad de los vehículos, algo que la industria ha hecho a lo largo de los últimos años. También han sido positivas las medidas coercitivas dictadas por la Dirección General de Tráfico, muy en especial la implantación del llamado 'carnet por puntos'.

Con todo, es evidente que existen comportamientos imprudentes de los conductores que, en algunos de los casos, acaban en tragedia. Como también lo es el hecho de que la red viaria, pese a las mejoras registradas, continúa teniendo aún puntos negros que son un auténtico peligro. Esto debiera llevar a las Administraciones a trabajar para que las carreteras y autovías de las Islas sean absolutamente seguras. Mención especial merecen los guardarraíles especiales que han comenzado a instalarse para evitar mayores males a los motoristas, aunque quedan aún muchos tramos con los antiguos, que actúan como auténticas cuchillas.

Y, lógicamente, todo esto debe ir acompañado de una educación viaria de los más pequeños, que deben aprender cómo comportarse en la vía pública y respetar las normas de circulación. Algo que no sería completo sin el ejemplo de sus mayores. Los padres son los primeros que deben asumir que los niños aprenderán de ellos.

Aunque la cifra sea más positiva que la del año pasado a estas alturas, nos queda camino por recorrer para alcanzar el ideal de cero muertos por accidente de tráfico.