Para hacerlo posible, también está en estudio una reducción de carriles destinados al tráfico en todo el paseo.
El estudio se planifica a largo plazo, ya que para que sea posible se tendrá que construir el segundo cinturón de Palma, concebido como vía rápida y que permita descongestionar el tráfico en primera línea.
Esta conversión en vía lenta supondría un gran avance en la futura concepción de la fachada marítima como un espacio destinado a peatones y daría unidad a toda el área costera de Palma, desde el Palacio de Congresos hasta el muelle de Pelaires.
No obstante, Cort quiere ser realista. La densidad actual del tráfico en la zona es enorme y la autopista empieza prácticamente a la altura del Parc de la Mar y pasa por los antiguos solares de GESA, lo que hace imposible acometer el proyecto de momento.
Hay que tener en cuenta que, diariamente, pasan por la primera línea miles de vehículos procedentes de la zona de Calvià, Andratx y de la zona más próxima al poniente de Palma que utilizan el Passeig Marítim como carretera más práctica para llegar a su destino.
Además, a eso hay que añadir que la Vía de Cintura se encuentra saturada y también pendiente de la construcción de un tercer carril en el centro.
La reconversión del Passeig Marítim depende de los convenios de carreteras y de la edificación del segundo cinturón.
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