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El relojero de Cort dice que En Figuera está a punto para mañana. Si no hay novedad, a las doce en punto de la noche dará las campanadas que marcarán el fin de un año y el comienzo de otro. «¿Que si me preocupa que no suene...?- Pere Caminals Jaume, relojero de Cort, sonríe-. Puede que me preocupara el primer año que me responsabilicé del reloj, ya va a hacer tres desde entonces. Segundos antes de la media noche, mentalmente le decía al reloj: 'con lo que te quiero, espero que ahora no me falles'. Y no me falló nunca. Espero que mañana por la noche tampoco falle y empiece a sonar a la hora en punto».

Y es que el relojero ha hecho bien los deberes. Ha revisado el reloj las veces necesarias, e igualmente lo ha engrasado cuando ha tocado. Por ello confía en él. «Mañana, a media noche, sonará como siempre ha sonado... que se sepa, a lo largo de su historia nunca ha fallado en ese momento».

Pese a todo, Caminals le echará el último vistazo entre las nueve y diez de la noche, y luego a esperar. «A decir verdad, no crea muchos problemas. Sólo se desajusta un poco en verano e invierno. En verano, al dilatarse por el calor, se atrasa un minuto, y en invierno, al contraerse por el frío, se adelanta, también un minuto».

En 1863, Vicat trajo a Palma el reloj de Cort, fabricado por Collin, relojero de París. Tiene, por tanto, dos años más que el Losada, el de la Puerta del Sol, de Madrid, que es de 1865, y tres menos que el de la ciudad francesa Chaux -de- Fonds, que es igual que él y también construido por Collin, pero en 1860. Este reloj, que tiene tres esferas, una junto a la maquinaria, sita en el ático de Cort, otro en la fachada principal y otro en el salón de actos, ha tenido varios relojeros: el mencionado Vicat, Jaume Font, Miquel Girbent, Pep Girbent, Pep Caminals Girbent, Fernando Fernández y Pere Caminals.

El reloj de Cort marca la hora exacta, «ya que la tomamos vía satélite», asegura el relojero. Por tanto, si su reloj va con éste, va a la hora en punto, si no, y si quiere ir en punto, sincronícelo. Mañana por la noche puede ser el mejor momento para hacerlo, y más si, como muchos, está en la plaza.

Pedro Prieto

Foto: Click