Las actuaciones musicales y de danza ocupan gran protagonismo durante la primera parte del espectáculo.

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Unas 2.000 personas, en su mayoría niños y niñas, asistieron ayer tarde al espectáculo de los niños voladores en el Palma Arena. Una actuación en la que el público pudo ver a los niños voladores más tiempo en tierra que en el aire, al menos durante la primera parte. Y es que los 25 protagonistas con edades comprendidas entre los 7 y 21 años de edad presentan un espectáculo rebosante de actuaciones musicales y de baile. Con un vestuario de lo más colorido y una coreografía muy cuidada hicieron las delicias del público durante casi dos horas, aunque la gran mayoría de los presentes esperaba ver a estos pequeños artistas «volar» sobre el escenario.

Un escenario que se les quedó pequeño, en dimensiones, y que fue suplido por un largo pasillo para coger carrerilla y saltar realizando espectaculares acrobacias. La fiesta, en la que estos muchachos y chicas llegan a saltar una altura tres veces mayor de su propia estatura no estuvo falta de emoción y riesgo. Volteretas en el aire y movimientos llenos de ritmo fueron arropados por los aplausos de un público entregado y ávido de más actuaciones aéreas. Organizado por la Cadena Ser y Grup Trui, los «superniños voladores» realizaron un trabajo de lo más coordinado y contagiaron de entusiasmo a muchos de los pequeños. Durante el pasado año alrededor de 70 espectáculos llevaron a estos pequeños artistas a recorrer todo el mundo. En Dinamarca, de donde proceden, son muy famosos, ya que pertenecen a un club de 400 miembros, todos niños, y los entrenadores, muchos de ellos anteriomente Superkids, forman parte del club de gimnasia Gymnastikgaarden.

Espectáculo de luz, danza y acrobacias es el resultado del esfuerzo de unas ocho horas semanales de entrenamiento, donde la filosofía se construye sobre el trabajo en equipo, la no competición y en el compañerismo, siempre desde el respeto por los otros miembros.

Los Kids se consideran una gran familia en la que los miembros más veteranos cuidan de los más pequeños y eso se refleja en el apoyo continuo tanto en el escenario como fuera de él.

Julián Aguirre

(texto y foto)