El presidente del Grup Serra, Pere A. Serra Bauzà, propugnó en Menorca «un mayor respeto, colaboración y entendimiento» para superar las dificultades que han enturbiado las relaciones entre las islas del archipiélago balear.
Serra efectuó estas afirmaciones en la sesión institucional organizada por el Ajuntament de Ciutadella con motivo de la fiesta de Sant Anoni, Diada y patrón de Menorca. El alcalde de Ciutadella, Llorenç Brondo, invitó al presidente del Grup Serra a un acto que contó como conferenciantes, entre otros, con Jordi Pujol, Félix Pons, Gabriel Cañellas y Luis Alejandre.
El salón gótico de las casas consistoriales acogió a la presidenta del Parlament balear, Maria Antònia Munar; al presidente del Consell de Menorca, Marc Pons; a los consellers del Govern Albert Moragues y Joana Barceló; así como a los alcaldes, consellers, diputados autonómicos por Menorca y al obispo administrador apostólico de la diócesis, Salvador Giménez Valls. También asistieron el director general de publicaciones del Grup Serra, Miquel Serra, y el director de Ultima Hora, Pedro Comas.
«La historia "afirmó Pere A. Serra" ha envenenado las relaciones entre las islas con toda clase de suspicacias, reticencias y desconfianzas, no siempre basadas en hechos reales». Reclamó «generosidad, sentido común y voluntad de compartir espacios e instituciones comunes» para superar estos antiguos recelos entre las islas.
«Apelo a vuestra generosidad para ser aceptado como ciutadellenc de Sóller y como menorquín de Mallorca; y os lo puedo pedir porque tengo suficiente experiencia de vuestra capacidad de acogida», subrayó. Se refirió a «la desagradable sensación que ocasiona entre los isleños que la mayoría de los continentales que se establecen en nuestro territorio lo hacen sin entender que irrumpen en un hábitat tejido por un sistema de relaciones sutiles y un territorio bien demarcado, en el que las dimensiones de las cosas se rigen por una aritmética propia».
«El aprendizaje de estos tejidos tenues, pero omnipresentes, podría confirmar la materia de una asignatura exigible a todos los externos que pretenden incoporarse a la vida isleña, de cualquier isla», añadió el conferenciante. Pere A. Serra afirmó que el principal punto débil en la vida de las islas es «la escasa conciencia que, en ocasiones, tienen los mismos isleños, lo que nos impide descubrir con tiempo suficiente los daños que se están causado en este difícil equilibrio de la 'isleidad', concepto que importó el geógrafo doctor Bartomeu Barceló i Pons, que se refiere a las condiciones de vida en una isla».
«Al contrario que Menorca "prosiguió", Mallorca y Eivissa somos un fracaso absoluto porque no hemos sabido o no hemos querido preservar este tejido, este territorio, el tempo, el ritmo de la vida, ante la invasión de unas personas que traían una concepción continental del territorio y de la vida. Nosotros tenemos muy claro cuál es nuestro país y donde empieza el resto del mundo».
El futuro de las Balears, según Pere A. Serra, «sería una operación fracasada si no preservásemos aquellos elementos de continuidad en los que nos sentimos ibicencos, mallorquines, formenterenses o menorquines. Y en otro estadio, baleares».
Tras rendir homenaje a dos menorquines que colaboraron con el Grup Serra y que trabajaron en Mallorca y Menorca: Josep Mascaró Pasarius y Francesc de B. Moll, Pere A. Serra se mostró crítico y exigente al lamentar que «las personas que saben compatibilizar la sustancia del país con la búsqueda del futuro no son siempre el elemento predominante en nuestras instituciones públicas, que es, precisamente, donde más falta hacen».
Como objetivo de futuro, Pere A. Serra solicitó que «los mejores de entre nuestros conciudadanos y conciudadanas dedicasen unos años de sus vidas a la política, a trabajar desde las instituciones públicas para la modernización y la salud de nuestras islas, con el objetivo adicional de extirpar el cáncer de la corrupción política».
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