Jazz didáctico

A decir verdad, a priori presentíamos un tostón mañanero. ¡Qué le vamos a hacer!, pensamos. Pero a poco de ver como se lo montaba la Perikas Jazz y la buenísima predisposición de los chavales, cambiamos de opinión.

Se trataba de que los chicos asimilaran lo que es una Big Band, en este caso una pequeña Big Band -saxo alto, saxo tenor, piano, órgano, contrabajo, dos trompetas, batería y percusión- y lo que es capaz de tocar sobre un escenario. Y no solo lo asimilaron sino que disfrutaron asimilándolo. O mejor, disfrutamos. Todos: músicos, enseñando, alumnos aprendiendo y participando y los demás escuchando.

La Perikas Jazz, con Pericás al frente, dejó muy claro que la música no es una casualidad y que los instrumentos suenan a su tiempo, incluso en el jazz, donde parece que todo se improvisa. Y que suenan de forma distinta, aunque sean similares. Porque no es lo mismo un saxo tenor que uno alto. No suena igual el contrabajo de toda vida que el eléctrico. Y una Big Band funciona bien con batería, pe si le añades percusión (tam tam) sonará mejor.

Pericás les contó -y luego con su banda pasó a la práctica- lo que es capaz de hacer una Big Band. Desde jazz a blues, pasando por swing y salsa. Lo toca todo. Y para que no quedara la menor duda de que es así, tocaron desde el Caravan, que inmortalizó la Duke Ellington Orchestra, donde cada instrumento tiene sus segundos de gloria, a música de películas, tales como La pantera Rosa o Misión Imposible. Y ya puestos, una vez que la Perikás Jazz dejó sentado que la Big Band suena también -y tan bien- con voz de solista, Pericás se la jugó con unos alumnos que salieron al estrado con su flauta a interpretar, de forma ex-tra-or-di na-ria, el Imagine, de John Lennon.

Así que, ¿cuándo es la próxima lección?
Pedro Prieto