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Una representación del equipo de gobierno, formada por la regidora de Urbanisme, Yolanda Garví; el regidor de Infraestructures, Francisco Donate, y la regidora de Igualtat i Drets Cívics, Cristina Ferrer, todos ellos del PSOE, se reunió ayer con representantes de los comerciantes y vecinos de la zona de Blanquerna para hablar de nuevo sobre el previsto eje cívico Blanquerna-Cotlliure, en el marco de la Comissió Tècnica creada recientemente, que ayer quedó constituida de manera oficial.

Cabe recordar que dicho eje tendrá una longitud de 1.870 metros, dividido en tres tramos, de los cuales dos se ejecutarán este mismo año, el comprendido entre la avenida Comte de Sallent y la calle Ticià, de 440 metros, y el comprendido entre la Plaça de Santa Pagesa y la Plaça París, de 115 metros.

En la presentación del proyecto del eje cívico, que tuvo lugar el pasado 2 de diciembre, Garví había anunciado que la intervención prevista supondría la pérdida de 231 plazas de estacionamiento y que sólo podrían entrar en Blanquerna los vehículos de los residentes que disponen de vado. Estas dos posibles medidas habían sido las más controvertidas hasta ahora.

El equipo de gobierno ve viable en estos momentos que los coches puedan seguir circulando por Blanquerna, si bien aún no está decidido si sería por los dos carriles actuales o sólo por uno, ya que está prevista la creación de un carril bici en la zona. Otra opción sería que los vehículos pudieran circular por Blanquerna sólo de día y en cambio no por la noche. Asimismo, también está en estudio la posibilidad de que efectivamente se supriman 231 plazas de estacionamiento, pero también sólo durante el día, ya que por la noche se podrían habilitar espacios de estacionamiento. En cualquier caso, el equipo de gobierno se ha comprometido a presentar «una solución integradora» en la próxima reunión de la Comissiò Tècnica, el próximo 17 de febrero.

Por su parte, la presidenta de la asociación de comerciantes Acebasa, Helena Bautista, hizo una valoración positiva de la reunión de ayer, y señaló que los comerciantes y los vecinos de la zona están dispuestos a aceptar que las obras empiecen este año o que se supriman plazas de estacionamiento, «pero siempre y cuando se mantenga la circulación de vehículos por Blanquerna, esto es irrenunciable».