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El Centro Canino Internacional está, desde ayer por la mañana, cerrado. El Ajuntament de Palma ejecutó poco antes del mediodía el decreto que ordenaba su clausura tras una denuncia vecinal por ruido. Antes, los propietarios del establecimiento trasladaron a los cerca de 25 perros que se encontraban en el local a una finca vecina situada a unos 30 metros, que fue visitada por el Seprona, según los responsables del centro, para comprobar que la vivienda cumplía con los requisitos para mantener a los animales. No se produjo ningún incidente. El centro está estudiando cómo rebajar el exceso sonoro.

La Regidoria de Salut, que dirige Begoña Sánchez, envió a la Patrulla Verda de la Policía Local al establecimiento situado en es Pil·larí. «Los dueños del centro han acatado la resolución de forma voluntaria», aseguró Sánchez. Cort dictó el decreto de cese de actividad tras comprobar que el ruido generado por el local llegaba hasta los 10'5 decibelios, cuando sólo se permiten 6 decibelios.

Precisamente, la forma en que se realizó la medición es el motivo por el que el Centro Canino Internacional interpuso un recurso contencioso administrativo contra el decreto de clausura. «Queremos que se evalúe el nivel de ruido con las ventanas cerradas y no abiertas, es decir, que se nos reconozca como un centro interior y no exterior», explicó Joan Gil, el presidente del establecimiento. Desde Cort se insistió en que la Patrulla Verda que hizo las mediciones actuó correctamente.

El Ajuntament de Palma ha pedido al Centro Canino que aplique medidas correctoras para rebajar los ruidos como, por ejemplo, un arbolado, que deberán contar con los preceptivos permisos municipales. Unas medidas que los propietarios del establecimiento ya están contemplando. «Primero esperaremos la resolución del juez. Si da la razón a Cort, trabajaremos para disminuir los cuatro decibelios que según el Consistorio nos sobran», afirmó Gil. De ahí que, en la actualidad, ya esté estudiando cómo rebajar el ruido. Joan Gil recalcó que la clausura «es temporal» a la espera de que se resuelva el conflicto.