Catalina Cirer se emocionó en algunos momentos de su comparecencia ante los medios de comunicación. Foto: JOAN TORRES

TW
0

JOSEP MARIA AGUILÓ

Dando las gracias. Así se despidió ayer por la tarde Catalina Cirer en una multitudinaria rueda de prensa, tras haber dimitido horas antes como presidenta de la Junta Territorial del PP de Palma y confirmar que no se presentará al congreso del próximo mes de septiembre. Asimismo, confirmó que en los próximos días dimitirá como portavoz de la oposición en el Ajuntament de Palma, si bien seguirá con su acta de regidora hasta el final de este mandato, en 2011. «Me voy por responsabilidad política y personal», afirmó, y añadió que, en su opinión, «el futuro del PP en Palma» no pasaba por ella.

Cirer dio las gracias a los anteriores y actuales responsables del PP, y «de forma especial» a la presidenta de los populares en Balears, Rosa Estaràs, así como a los medios de comunicación, «a las personas que nos quieren», y a los ediles que formaron parte del Grup Municipal en el pasado mandato y a los que integran el actual grupo.

Asimismo, dijo que ayer era un momento para «hablar de sentimientos», y en este sentido pidió también perdón y disculpas a «todas las personas que se hayan podido sentir agraviadas por actuaciones o por palabras mías, o por actuaciones que no realicé o por palabras que no dije», y pidió también disculpas a los medios de comunicación.

Visiblemente emocionada en determinados momentos, aunque sin dejar tampoco de lado apuntes de buen humor y de ironía en algún instante, reafirmó su «lealtad» hacia Estaràs, hacia su partido, hacia el Grup Municipal, hacia la ciudadanía y hacia la ciudad de Palma. «La lealtad es muy importante en todos los ámbitos de la vida», dijo.

Igualmente, afirmó que ayer sentía «tranquilidad» y «un poco» de tristeza. «Siempre da un poco de pena dejar lo que amas y lo que te gusta hacer», señaló.

Preguntada sobre si seguirá o no en política cuando acabe el actual mandato, señaló que hasta 2011 estará «a disposición del partido y de los ciudadanos», si bien reconoció que ahora «se abre una puerta» que podría conducir tal vez dentro de dos años a su abandono de la política, opción que decidirá más adelante y que quizás no se habría planteado si hubiera tenido «mucho apoyo» por parte de la actual dirección o si la «situación» hubiera sido otra, en referencia al retraso en la celebración del congreso del PP de Palma, que ayer reiteró que acataba pero que no compartía.

Su decisión de dejar sus cargos ahora fue «muy meditada» y tomada «con total libertad», pensando «en la unidad del partido».

Quien fuera consellera del Govern, delegada del Gobierno en Balears, alcaldesa de Palma y hasta ahora líder de la oposición, había bromeado poco antes del inicio de la rueda de prensa sobre su carácter emotivo y sentimental, y había dicho que no lloraría. Y no lloró.

Arropada por la dirección del partido y por todos los ediles de su grupo, excepto dos, Cirer concluyó su intervención como la había empezado, con una sonrisa -tamizada por un cierta melancolía-, sin un mal gesto, sin ninguna crítica, y dando las gracias. Sólo las gracias.