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A.CABOT La campaña de recogida de basura puerta a puerta de Emaya en el barrio de Son Sardina cumple su primera semana. Se trata de un sistema que puede denominarse como innovador ya que, pese a que recuerde a tiempos pasados porque se dejan las bolsas en la calle, incrementará notablemente el reciclaje.

Como todo proyecto innovador en Ciutat tiene sus detractores y sus partidarios. La gente mayor es la que especialmente ve más problemas con estos cambios, pues ahora son ellos los que tienen que separar por tipos de basuras y tampoco están muy a favor de dejar bolsas en la calle.

Micaela es una de las vecinas de Son Sardina que no está convencida con este nuevo servicio y argumenta: «Antes pasaban cada día y se lo llevaban todo, pero ahora pasan dos días hasta que puedes tirar la basura orgánica. Igual es falta de costumbre, pero de momento no me convence».

Rosario hace 30 años que vive en Son Sardina y no le gusta «esta vuelta al pasado». Asegura que ahora «es más difícil andar por la calle porque están las bolsas y cuando llegue el verano seguro que habrá olores». Rosario propone que pongan «espacios donde dejar la basura que se puedan cerrar, como en Bunyola o Valldemossa».

Pero así como hay vecinos disconformes los hay que son favorables y con argumentos.
Joan es responsable del centro de día del barrio y entiende que la gente mayor tenga «más problemas», pero «tenemos que pensar en el futuro, reflexionar, y acostumbrarnos a reciclar lo máximo posible», afirma. Otra vecina que le parece «bien» la nueva recogida de basura es Tina, porque cuenta que «siempre» ha reciclado y no le supone «ningún» problema.

Lo cierto es que el tema de la basura está hoy en boca de todos los vecinos, pero el futuro pasa por el reciclaje.