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M.JUNCOSA «Estamos en el peor momento de la economía mundial desde la II Guerra Mundial, vivimos un momento histórico. La crisis de solvencia de las hipotecas de alto riesgo en Estados Unidos provocó una metástasis en el conjunto de las economías», afirmó ayer el catedrático de Economía de la Universidad Autónoma de Madrid y presidente de Analistas Financieros Internacionales, Emilio Ontiveros, durante la conferencia que pronunció en el Centro Tecnológico Can Domenge de Palma invitado por el Grup Serra y Sa Nostra Caixa de Balears.

«Es la primera vez que vemos un crisis tan profunda y nadie de los que estamos aquí habíamos visto antes una recesión tan sincronizada. Nos retrotrae a la Gran Depresión de los años treinta del siglo pasado, que también comenzó con un chispazo del sistema financiero», afirmó Ontiveros.

«Ha habido una docena de crisis financieras pero ninguna como ésta. Es la primera crisis financiera cuyo epicentro no está en países de la periferia sino en el mismo Wall Street», indicó Ontiveros. «Ahora nos encontramos que el principal propietario de activos financieros del mundo es el Gobierno de Estados Unidos. City Group, el principal banco del mundo, es de los contribuyentes estadounidenses, y AIG, la mayor aseguradora, también», afirmó.

Emilio Ontiveros indicó que la crisis es al mismo tiempo singular por su duración e impacto en la economía real. «Ya no es una crisis bancaria porque ha generado necrosis en la economía real y no hay economía avanzada que no vaya a experimentar una recesión de entre tres y cuatro puntos de su Producto Interior Bruto», pronosticó Ontiveros. «Todas las economías de los países de la OCDE están en recesión y eso nunca lo habíamos visto.

Entre el resto de factores que hacen «única» la actual crisis económica, el conferenciante destacó que «nunca antes» se había producido un descenso de toda la producción industrial y volumen comercial a nivel mundial, circunstancia que atribuyó a que la capacidad de producción es superior a la demanda. Ante esta situación, destacó Ontiveros, sólo puede sobrevenir un proceso de deflación de precios (bajadas de precios), a su juicio muy perjudicial para el consumo y demanda agregada, y de crecimiento de los ratios de mortalidad empresarial. «Están sucediendo las dos cosas», afirmó.

Respuestas
El conferenciante afirmó que a diferencia de lo que sucedió durante los años de la Gran Depresión, los gobiernos de los países desarrollados no están en esta ocasión «mareando la perdiz» y han respondido con bajas de tipos de interés e inyecciones de liquidez. Ontiveros indicó que estas «terapias agresivas» también se han producido por el lado presupuestario y señaló los 800.000 millones de dólares comprometidos por el Gobierno de Estados Unidos para reactivar la economía. «En Estados Unidos nadie discute si es pecado venial o mortal incrementar el déficit público, aunque saben que deberán realizar un plan de saneamiento de las cuentas públicas con posterioridad», afirmó.

En este sentido, el economista destacó que todas las economías del mundo han entrado en déficit público. «Inconsciente el Gobierno que no utilice los recursos públicos para generar inversión», añadió Ontiveros, quien recordó que Estados Unidos prevé un déficit del 13'5 por ciento del PIB, el Reino Unido del 12 por ciento y Japón del 9 por ciento. «Muy por encima de España», afirmó.

En cuanto a las inversiones que deben realizar las administraciones públicas, Ontiveros recomendó los intangibles tecnológicos y humanos, con el objetivo de aprovechar la circunstancia para incrementar la productividad del sistema productivo español. También a nivel español, Ontiveros advirtió de la necesidad de establecer protocolos de rescate del sistema bancario. Aunque destacó su solidez y fortaleza, Ontiveros indicó que «no hay sistema bancario en el mundo que aguante una contracción de la economía del 3'5 o el 4 por ciento y unos niveles de paro por encima de los cuatro millones de parados».

En cuanto al empleo, el conferenciante negó que en España se destruyan más puestos de trabajo que en economías del ámbito de la OCDE y atribuyó las mayores tasas de paro a diferentes puntos de partida y a la mayor proporción de trabajadores que se dedicaban a actividades de mayor intensidad de mano de obra y poco cualificada.