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La decisión del Partido Popular de incluir a su presidenta regional en Balears, Rosa Estaràs, en su candidatura a las próximas elecciones europeas ha causado sorpresa entre la cúpula de su propia formación, ya que supone, de facto, el abandono de la política balear al tiempo que abre numerosas incógnitas sobre el futuro en aspectos tan sensibles como la designación de la portavocía parlamentaria y el encabezamiento de las listas autonómicas en la confrontación electoral de 2011.

Estaràs ocupará el número 10 de la lista del PP al Parlamento Europeo, circunstancia que avala el premio de la dirección nacional a la ingrata pero eficaz labor que desarrolla al frente de la presidencia regional de su partido, cargo que mantendrán a pesar de que tendrá que abandonar su escaño en el Parlament una vez que se materialice su segura elección como eurodiputada el próximo 7 de junio. Su presencia puede ser un modo de consolidar el avance del Partido Popular balear en las urnas, detalle que puede convertir la próxima cita electoral en un ejercicio plebiscitario de Estaràs ante los suyos.

Aunque la versión oficial es que el ofrecimiento de Mariano Rajoy tiene por objetivo reforzar su figura, lo cierto es que la marcha a Bruselas de Rosa Estaràs deja en el aire aspectos fundamentales para el Partido Popular que, a pesar de estar en la oposición, tiene un peso esencial en la vida política de las Islas. Durante los próximos meses se podrá evaluar si la jugada de Estaràs es aceptada por sus compañeros o si, por el contrario, acaba desatando luchas intestinas para hacerse con el control del partido y su proyección en las futuras elecciones autonómicas y locales para las que ya sólo quedan dos años.