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La IX Fira del Caragol congregó ayer a unos doscientos participantes en la vertiginosa y ya tradicional cursa de caragols que marca la víspera para la gran fiesta de hoy.

Un acontecimiento que reúne no solamente a los vecinos de Sant Jordi sino también de otros municipios de la isla que provistos de jaulas, cestas o cajitas acuden a la plaza, auténtico corazón de la población, para tomar parte en esta animada carrera.

«Lo fundamental es primar el esfuerzo por participar, con regalos para los niños a base de golosinas y otros objetos para los adultos. Todos reciben su premio al margen del lugar en que ocupen al llegar a la meta», nos comenta Josep Maria Lendínez, promotor de esta iniciativa que nació con el milenio y que cada año anima a centenares de participantes. Y es que desde media hora antes de dar la salida, la cola de vecinos con sus caracoles de competición ocupaban toda la plaza. Un recorrido que puede dura de 5 a 7 minutos a lo largo de los seis metros que ocupan los 21 listones.

Gabriel Alomar