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«La idea de crear la sección española de Greenpeace se forjó en Palma», afirma Xavier Pastor, que fue el primer presidente de la citada organización ecologista y que actualmente es el director ejecutivo de Océana en Europa. En este sentido, explica que en el año 1983, cuando él era presidente del GOB, organizaron unas conferencias en el teatro municipal de Palma sobre aspectos relacionados con el ecologismo, a las que asistieron importantes personalidades relacionadas con esta materia. «Aquí hablamos de la posibilidad de hacer una sección de Greenpeace España», recuerda Pastor.

El papel de Mallorca fue fundamental. De hecho, fue en el monasterio de Gracia (Llucmajor) donde se celebró la reunión fundacional de Greenpeace España. El mallorquín Xavier Pastor se convirtió en el presidente, cargo que desempeñó sin remuneración alguna durante siete años. Además, destaca que los primeros miembros de la citada organización ecologista pertenecían al GOB.

Pastor señala que «empezamos a hacer campañas con barcos para todo el Mediterráneo; Palma era la base». Además, recuerda que algunas de las campañas más importantes que desarrollaron en la capital balear fueron conseguir el cese de las maniobras militares en Cabrera, así como que la citada isla se convirtiera en el primer Parque Nacional de España y el segundo del Mediterráneo. Impedir la entrada en el puerto de Palma de barcos militares cargados con armas nucleares o que los barcos italianos dejasen de pescar con redes de deriva en los alrededores de Balears fueron otros de los primeros años. «Greenpeace España se convirtió en un referente porque fue la primera sección que se creó en un país latino; desde aquí nos expandimos a todo el Mediterráneo y Latinoamérica», señala Pastor, que dejó Greenpeace en el año 2000 por una crisis interna en el seno de la organización.

El director de Campañas de Greenpeace, Mario Rodríguez, destaca el papel que desempeñó Xavier Pastor en la fundación de la sección de Greenpeace España. En su opinión, la citada organización ecologista «trajo una nueva forma de hacer ecologismo, basada en la acción directa no violenta».

Rodríguez asegura que con Greenpeace España «la sociedad española comienza a darse cuenta de la situación, lo que ponía nerviosos a los responsables de la destrucción ambiental». El director de Campaña de Greenpeace explica que en estos 25 años «hemos pasado de un entramado pequeño a ser unas 70 personas». Además, sostiene que «hemos combinado la denuncia con plantear alternativas viables».

Actualmente Greenpeace España cuenta con más de 100.000 socios y no acepta subvenciones; su fuente de ingresos son las cuotas que pagan los socios. Al principio eran donaciones voluntarias y en los años 90 se fijó una cuota, que en estos momentos es de 70 euros anuales. Rodríguez explica que la crisis no ha provocado un descenso de socios, aunque sí reconoce que el número de personas que quieren formar parte de esta entidad ha dejado de crecer entre un 12 y un 13 por ciento como lo ha venido haciendo en años anteriores.

Su valoración de estos 25 años de Greenpeace España es muy positiva y destaca iniciativas como que España puso fin a la caza de ballenas o a los vertidos de residuos radioactivos. De cara al futuro, señala que los principales retos de la organización son el cambio climático y parar la destrucción de la costa.