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La encuesta del Instituto Balear de Estudios Sociales (IBES), realizada en exclusiva para Ultima Hora, pone de manifiesto que el 46 por ciento de los ciudadanos de Balears da su apoyo a la gestión que realiza el Govern cuando está a punto de superar la mitad de la legislatura. El dato, muy significativo si se tiene en cuenta el retroceso respecto a los apoyos de hace apenas un año, pone de relieve que al equipo que dirige Francesc Antich se le está corresponsabilizando del deterioro de la situación económica, con el brutal incremento del paro que lleva consigo, junto con otras cuestiones en las que no se ha trabajado con habilidad a la hora de trasladarlas a la opinión pública, como es el caso del catalán y el colectivo sanitario, entre otras.

En este contexto es razonable que el deterioro de la imagen del Govern acabe salpicando a su president. Antich retrocede a la hora de someter su papel a la consideración de la ciudadanía balear, un proceso que incluso alcanza a sus propios electores y que se puede atribuir a dos razones: la sensación de parálisis por la ausencia de proyectos y el protagonismo del jefe del Ejecutivo en la transmisión de noticias negativas.

La legislatura autonómica encara su segundo período con un horizonte diferente a medio plazo. Las perspectivas económicas auguran una recuperación a partir del próximo año; en este mes de julio tiene que quedar resuelta la financiación de Balears, que seguro que mejorará la situación actual, y la reciente firma de los convenios de carreteras con el Ministerio de Fomento puede significar un cambio en la valoración de los ciudadanos respecto a la gestión gubernamental. El problema de Antich puede ser la falta de tiempo.